domingo, 26 de abril de 2015

La gracia corresponde al juez....

PASE SIN TOCAR TIMBRE
De por sí, acercarse al Tribunal a preguntar por la causa de su hijo, detenido ya hace siete meses, era una circunstancia más que dura para Juana. Era la primera vez que se acercaba desde que la depresión la encerró en su casa, hacia ya unos tres meses. Sólo constantes llamadas al abogado de su hijo la ponían al corriente de la situación en que se encontraba. Jonathan cumplía 24 años en pocos días, y Juana quería saber si había alguna esperanza, algún motivo para poder decir feliz cumpleaños a su hijo, por lo que tomó fuerzas y viajo la hora y media que separa su cada del Tribunal donde tramita el expediente de su hijo. La meta era una: intentar hablar con el Juez.
Parada frente a la puerta de ese cuarto piso, que tuvo que subir por escaleras ya que el ascensor no funcionaba, ensayaba las palabras. Eran pocas, no más de diez, pero sentía que tenía que ensayarlas, para hablar de forma educada, para no trabarse, para que la traten bien. El cártel le llamo la atención. “Pase sin tocar timbre”. Al menos no tuvo que esperar en los asientos que había en el hall del piso.
-       Buenos días – Se animó frente al chico de camisa y corbata que estaba detrás de una mesa o mostrador, que por la altura y por los paneles que la rodean a los costados y cubren por encima, dejará no más que una ventana de doble hoja de visión hacia adentro-.
-       Buen día – Contestó el muchacho, que redondea los veinte años, mientras no despegaba la vista de una causa que traía en manos-;
-       Soy la mamá de Jonathan Rivero – Dijo con una extraña mueca de orgullo y vergüenza- Quería poder ha… -la interrumpen bruscamente-
-       ¿De quién me dijo señora?
-       De Jonathan Rive…-la vuelven a interrumpir-,
-       ¿Tiene el número de causa? –Preguntó el muchacho de camisa y corbata, mirando cada tanto a la señora, mirando casi siempre la causa que traía entre manos-;
Juana sintió que el muchacho, mucho más joven que su hijo en expresión y seguramente en años, no parecía muy interesado en atenderla. Se preguntaba sino llegaba en mal momento, ya que el muchacho no sacaba la vista de los papeles que tenía en la mano.
-       Tengo este número, que me anotaron cuando fui al otro Juzgado, pero me dijeron que la causa de mi hijo paso acá. Es 1710/14.
-       Deme el papel por favor – Dijo Agustín De la Fuente, sobrino de un Magistrado, de 21 años de edad, y extendió su mano hacia la de Juana-. –Este número es de instrucción, ahora lo tipeo en el sistema señora ¿Cómo me dijo que se llamaba su hjo?
-          Jonathan Rive… -otra interrupción más-,
-       Acá lo encontré, ¿Jonathan Rivero no? Entro hace unas dos semanas la causa, ahora me fijo quien la lleva ¿Usted que quería preguntar?
La actitud del chico la desanimaban por completo, pero no había viajado una hora y media para irse con las manos vacías. Así que apretó el puño y se lanzó:
-          Quiero hablar con el Juez.
Hubo un silencio, una pausa. Y una expresión vacía en el rostro del empleado que adelantó cualquier tipo de respuesta.
-       Esto es un Tribunal, hay tres jueces señora y el que lle… -Esta vez la interrupción vino del otro lado-,
-       Quiero hablar con alguno, con cualquiera, quiero hablar sobre mi hijo –replicó Juana, que empezaba a tomar algo más que valor-,
-       Déjeme terminar, le decía que son tres jueces y el que lleva la causa de su hijo es el Dr. Hernández.
-       Quiero hablar con el Dr. Hernández entonces –segura, respondió-,
-       Lo que pasa es que el doctor esta en audiencia.
-       Y los otros dos, quiero hablar con alguien sobre la causa de mi hijo –Juana no quería dejarse invadir por la decepción-,
-       Están los tres en audiencia señora. Pero dígame que quiere preguntar, yo la puedo ayudar.
-       Quiero saber en qué estado esta la causa de mi hijo, quiero saber cuándo va a tener juicio, lleva siete meses detenido y él no quiere saber más nada de estar donde está.
-       Bueno aguárdame unos minutos que le pregunto a quien lleva la causa, para ver si la puede atender.
Juana ya no entendía mucho lo que estaba pasando. De tres jueces, aparentemente “uno lleva la causa de su hijo”. Signifique lo que signifique, al parecer había otra persona que “lleva la causa”, así que no quedaba más que esperar. Quince minutos después la camisa y corbata de Agustín estaban de nuevo frente a la mesa.
-       La persona que lleva la causa me dijo que está ocupada ahora, pero que la causa llego hace poco y esta para irse por 354 a la Fiscalía.
-       ¿Y eso que significa? –Interrogó-,
-       Que se la vamos a mandar al Fiscal.
-       Bueno quiero ver la causa de mi hijo –El tono de Juana ya era totalmente distinto a la suavidad con la que dijo buenos días-;
-       No se puede señora, porque esta para irse a Fiscalía.
-       ¿Pero ya se fue a la Fiscalía? –quiso saber-,
-       No –respondió el muchacho de mesa-, pero ya se ordeno la remisión por el Juez –Intentó el muchacho intimidar a Juana evocando una orden y un cargo-;
-       Pero si todavía no se fue la quiero ver, ya que nadie me puede atender, quiero ver la causa de mi hijo. Viaje una hora y media para venir acá, desde Merlo vengo, quiero ver la causa de mi hijo –Sabía que a esa altura nada podía cambiar su suerte, por eso se hizo mas fuerte-,
-       Es que está en el despacho del Juez señora, no la puede ver hasta que no salga de ahí –Quizás eso sirva, pensó la corbata y la camisa que atendían a Juana-,
-       ¡Pero si me dijiste que el Juez está en audiencia! Dejame ver la causa, le quiero sacar fotocopias a la causa de mi hijo.
Se abría una ventana para el joven empleado. – Pero a esta hora no puede sacar fotocopias señora, son las 11  y 5.
-          ¿ Y a qué hora se pueden sacar copias?
-          Hasta las 11.
-       Pero desde las 10 y media que estoy acá, ¿Por qué no me avisaste?
-       Igual señora, primero hay que pedir las copias y el Juez las tiene que autorizar.
-       ¿Y cuanto tarda en autorizar el Juez las copias? –la pregunta y la rabia, una sola cosa-.
-       Si se pide hoy, estamos a martes, para el jueves o viernes podría estar.
-       ¿Bueno y como puedo pedir las copias?
-       Por escrito señora. Pero lo tiene que pedir el abogado eh!
-       ¿Y yo por qué no puedo? –La rabia ya era más que la pregunta-,
-       Porque las partes son el abogado y el fiscal señora, usted sólo es la mamá del detenido y usted tiene que manejarse con el abogado.

Al abogado prácticamente hay que pagarle por conversar, Juana sabe que ponerse en contacto con él es perder plata. La salida fue amarga, las manos estaban vacías. Y a esa altura ese cártel que ya estaba  a sus espaldas era una mala broma. “Pase sin tocar timbre”, leyó en voz baja. “Será que no quieren que el ruido despierte al Juez” pensó.






POR ORDEN DE V.E., SE LE HACE SABER A LOS CONSULTANTES QUE:

1)      No se mostrarán los expedientes a familiares de los imputados.
2)      Sólo pueden consultar las causas los abogados que tengan el cargo designado.
3)      Sólo se podrán sacar fotocopias de causas impares los días lunes y jueves.
4)      Sólo se podrán sacar fotocopias de causas pares los días martes y viernes.
5)      Las fotocopias sólo se pueden sacar de 08:00 hs. a 08:15 horas, en los días antes indicados.
6)      La fotocopiadora abre 08:10.
7)      Si la causa está a despacho, no puede ser revisada.
8)      Las causas siempre están a despacho después de las 13:00 horas.
9)      V.E., siempre está en audiencia.
10) Aunque V.E. esté en audiencia, su despacho esta siempre cerrado.
11) La causa que está a despacho,  cuando V.E. esta en audiencia, no puede ser pronunciada, ni su número ni el imputado de la misma.
12) Las madres de los imputados no tienen ninguna prioridad aunque hayan viajado mas de una hora para consultar la causa de sus hijos. Y siempre, pero siempre, deben recordar la regla número 1.
13) A las 13:30 horas cerramos la puerta de entrada al Tribunal.
14)  PASE SIN TOCAR TIMBRE, ES UNA OFICINA PÚBLICA.








Diego Algañaraz.
María F. Roldán.
Walter Fernández.

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