PASE SIN TOCAR TIMBRE
De
por sí, acercarse al Tribunal a preguntar por la causa de su hijo, detenido ya
hace siete meses, era una circunstancia más que dura para Juana. Era la primera
vez que se acercaba desde que la depresión la encerró en su casa, hacia ya unos
tres meses. Sólo constantes llamadas al abogado de su hijo la ponían al
corriente de la situación en que se encontraba. Jonathan cumplía 24 años en
pocos días, y Juana quería saber si había alguna esperanza, algún motivo para
poder decir feliz cumpleaños a su hijo, por lo que tomó fuerzas y viajo la hora
y media que separa su cada del Tribunal donde tramita el expediente de su hijo.
La meta era una: intentar hablar con el Juez.
Parada
frente a la puerta de ese cuarto piso, que tuvo que subir por escaleras ya que
el ascensor no funcionaba, ensayaba las palabras. Eran pocas, no más de diez,
pero sentía que tenía que ensayarlas, para hablar de forma educada, para no
trabarse, para que la traten bien. El cártel le llamo la atención. “Pase sin
tocar timbre”. Al menos no tuvo que esperar en los asientos que había en el
hall del piso.
-
Buenos
días – Se animó frente al chico de camisa y corbata que estaba detrás de una
mesa o mostrador, que por la altura y por los paneles que la rodean a los
costados y cubren por encima, dejará no más que una ventana de doble hoja de
visión hacia adentro-.
-
Buen
día – Contestó el muchacho, que redondea los veinte años, mientras no despegaba
la vista de una causa que traía en manos-;
-
Soy
la mamá de Jonathan Rivero – Dijo con una extraña mueca de orgullo y vergüenza-
Quería poder ha… -la interrumpen bruscamente-
-
¿De
quién me dijo señora?
-
De
Jonathan Rive…-la vuelven a interrumpir-,
-
¿Tiene
el número de causa? –Preguntó el muchacho de camisa y corbata, mirando cada
tanto a la señora, mirando casi siempre la causa que traía entre manos-;
Juana
sintió que el muchacho, mucho más joven que su hijo en expresión y seguramente
en años, no parecía muy interesado en atenderla. Se preguntaba sino llegaba en
mal momento, ya que el muchacho no sacaba la vista de los papeles que tenía en
la mano.
-
Tengo
este número, que me anotaron cuando fui al otro Juzgado, pero me dijeron que la
causa de mi hijo paso acá. Es 1710/14.
-
Deme
el papel por favor – Dijo Agustín De la Fuente, sobrino de un Magistrado, de 21
años de edad, y extendió su mano hacia la de Juana-. –Este número es de
instrucción, ahora lo tipeo en el sistema señora ¿Cómo me dijo que se llamaba
su hjo?
-
Jonathan
Rive… -otra interrupción más-,
-
Acá
lo encontré, ¿Jonathan Rivero no? Entro hace unas dos semanas la causa, ahora
me fijo quien la lleva ¿Usted que quería preguntar?
La
actitud del chico la desanimaban por completo, pero no había viajado una hora y
media para irse con las manos vacías. Así que apretó el puño y se lanzó:
-
Quiero
hablar con el Juez.
Hubo
un silencio, una pausa. Y una expresión vacía en el rostro del empleado que
adelantó cualquier tipo de respuesta.
-
Esto
es un Tribunal, hay tres jueces señora y el que lle… -Esta vez la interrupción
vino del otro lado-,
-
Quiero
hablar con alguno, con cualquiera, quiero hablar sobre mi hijo –replicó Juana,
que empezaba a tomar algo más que valor-,
-
Déjeme
terminar, le decía que son tres jueces y el que lleva la causa de su hijo es el
Dr. Hernández.
-
Quiero
hablar con el Dr. Hernández entonces –segura, respondió-,
-
Lo
que pasa es que el doctor esta en audiencia.
-
Y
los otros dos, quiero hablar con alguien sobre la causa de mi hijo –Juana no
quería dejarse invadir por la decepción-,
-
Están
los tres en audiencia señora. Pero dígame que quiere preguntar, yo la puedo
ayudar.
-
Quiero
saber en qué estado esta la causa de mi hijo, quiero saber cuándo va a tener
juicio, lleva siete meses detenido y él no quiere saber más nada de estar donde
está.
-
Bueno
aguárdame unos minutos que le pregunto a quien lleva la causa, para ver si la
puede atender.
Juana
ya no entendía mucho lo que estaba pasando. De tres jueces, aparentemente “uno
lleva la causa de su hijo”. Signifique lo que signifique, al parecer había otra
persona que “lleva la causa”, así que no quedaba más que esperar. Quince
minutos después la camisa y corbata de Agustín estaban de nuevo frente a la
mesa.
-
La
persona que lleva la causa me dijo que está ocupada ahora, pero que la causa
llego hace poco y esta para irse por 354 a la Fiscalía.
-
¿Y
eso que significa? –Interrogó-,
-
Que
se la vamos a mandar al Fiscal.
-
Bueno
quiero ver la causa de mi hijo –El tono de Juana ya era totalmente distinto a
la suavidad con la que dijo buenos días-;
-
No
se puede señora, porque esta para irse a Fiscalía.
-
¿Pero
ya se fue a la Fiscalía? –quiso saber-,
-
No
–respondió el muchacho de mesa-, pero ya se ordeno la remisión por el Juez
–Intentó el muchacho intimidar a Juana evocando una orden y un cargo-;
-
Pero
si todavía no se fue la quiero ver, ya que nadie me puede atender, quiero ver
la causa de mi hijo. Viaje una hora y media para venir acá, desde Merlo vengo,
quiero ver la causa de mi hijo –Sabía que a esa altura nada podía cambiar su
suerte, por eso se hizo mas fuerte-,
-
Es
que está en el despacho del Juez señora, no la puede ver hasta que no salga de
ahí –Quizás eso sirva, pensó la corbata y la camisa que atendían a Juana-,
-
¡Pero
si me dijiste que el Juez está en audiencia! Dejame ver la causa, le quiero
sacar fotocopias a la causa de mi hijo.
Se
abría una ventana para el joven empleado. – Pero a esta hora no puede sacar
fotocopias señora, son las 11 y 5.
-
¿
Y a qué hora se pueden sacar copias?
-
Hasta
las 11.
-
Pero
desde las 10 y media que estoy acá, ¿Por qué no me avisaste?
-
Igual
señora, primero hay que pedir las copias y el Juez las tiene que autorizar.
-
¿Y
cuanto tarda en autorizar el Juez las copias? –la pregunta y la rabia, una sola
cosa-.
-
Si
se pide hoy, estamos a martes, para el jueves o viernes podría estar.
-
¿Bueno
y como puedo pedir las copias?
-
Por
escrito señora. Pero lo tiene que pedir el abogado eh!
-
¿Y
yo por qué no puedo? –La rabia ya era más que la pregunta-,
-
Porque
las partes son el abogado y el fiscal señora, usted sólo es la mamá del
detenido y usted tiene que manejarse con el abogado.
Al
abogado prácticamente hay que pagarle por conversar, Juana sabe que ponerse en
contacto con él es perder plata. La salida fue amarga, las manos estaban
vacías. Y a esa altura ese cártel que ya estaba
a sus espaldas era una mala broma. “Pase sin tocar timbre”, leyó en voz
baja. “Será que no quieren que el ruido despierte al Juez” pensó.
POR ORDEN DE V.E., SE LE HACE SABER A LOS CONSULTANTES QUE:
1)
No
se mostrarán los expedientes a familiares de los imputados.
2)
Sólo
pueden consultar las causas los abogados que tengan el cargo designado.
3)
Sólo
se podrán sacar fotocopias de causas impares los días lunes y jueves.
4)
Sólo
se podrán sacar fotocopias de causas pares los días martes y viernes.
5)
Las
fotocopias sólo se pueden sacar de 08:00 hs. a 08:15 horas, en los días antes
indicados.
6)
La
fotocopiadora abre 08:10.
7)
Si
la causa está a despacho, no puede ser revisada.
8)
Las
causas siempre están a despacho después de las 13:00 horas.
9)
V.E.,
siempre está en audiencia.
10) Aunque V.E. esté en audiencia, su
despacho esta siempre cerrado.
11) La causa que está a despacho, cuando V.E. esta en audiencia, no puede ser
pronunciada, ni su número ni el imputado de la misma.
12) Las madres de los imputados no tienen
ninguna prioridad aunque hayan viajado mas de una hora para consultar la causa
de sus hijos. Y siempre, pero siempre, deben recordar la regla número 1.
13) A las 13:30 horas cerramos la puerta
de entrada al Tribunal.
14) PASE
SIN TOCAR TIMBRE, ES UNA OFICINA PÚBLICA.
Diego Algañaraz.
María F. Roldán.
Walter Fernández.
María F. Roldán.
Walter Fernández.
¡Genial el relato! ¿Lo puedo subir a mi blog? Felicitaciones
ResponderEliminarAB